Un grupo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, un centro de investigación del Departamento de Energía de Estados Unidos, aunó las propiedades en una para sentar las bases de una sustancia con diversas aplicaciones. El equipo utilizó una impresora 3D modificada para crear la sustancia. La investigación abre la puerta a una nueva área en la ciencia de materia blanda magnética. En concreto, el descubrimiento podría provocar una auténtica revolución en los campos de la medicina y la robótica.
Las gotas líquidas magnéticas podrían ser guiadas con imanes externos, lo cual conducirá, desde fuera, medicamentos dentro del cuerpo humano. A través de este procedimiento se combatirá mejor algunas dolencias específicas dentro del organismo, lo cual mejoraría, por ejemplo, la eficacia de las terapias contra el cáncer. En robótica, además, la flexibilidad de los materiales favorecería la creación de robots más hábiles para moverse y transportar objetos.
En la década de los 60, la NASA comenzó a sacar provecho de los llamados ferrofluidos, líquidos capaces de reaccionar al ser estimulados por fuerzas magnéticas. Los ferrofluidos son empleados actualmente para amortiguar las vibraciones en dispositivos, como altavoces o discos duros de los ordenadores. El problema de los ferrofluidos es que son incapaces de mantener su magnetismo cuando los imanes que los estimulan son removidos. Esta es la principal ventaja con la que cuenta el nuevo invento.
Comentarios recientes