Cuando una persona normal y corriente piensa en la robótica, automáticamente se le vienen a la cabeza imágenes de robots ultra sofisticados capaces de realizar tareas imposibles para un ser humano.

Sin embargo, la tecnología no solo está para resolver problemas de gran complejidad, sino también para mejorar situaciones mundanas de nuestro día a día.

Beetl es un robot autónomo que hace realidad el sueño de cualquiera que tenga perro: no tener que recoger sus excrementos. Básicamente porque el robot es capaz de hacerlo él solito.

Para realizar esta difícil tarea a la par que repugnante el robot emplea varios sensores y visión por computadora para detectar los excrementos de los perros, también para evitar los obstáculos que se interpongan entre él y su particular hazaña a realizar.

Una vez llega al lugar donde se encuentra la caca, la levanta con su garra mecánica y la guarda en un recipiente que se encuentra en su interior. Como curiosidad, también podremos limitar el espacio por el que se mueve el robot, más que nada para evitar que se pierda y vaya recogiendo los excrementos de todos los perros del vecindario.

Desgraciadamente, este robot tan original es solo un prototipo.