Hace tiempo dejó de convertirse en ciencia ficción para ser nuestro futuro ineludible. La tecnología permite crear máquinas cada más parecidas a las personas, y estas ocuparán los puestos de trabajo que solían ser de los humanos.
Otro ejemplo es Pepper, el robot de Softbank Robotics que tiene trabajo a tiempo completo en el hotel Mandarin Oriental de Las Vegas, donde le da la bienvenida a los huéspedes, responde a sus preguntas y los guía a sus habitaciones.
Y como no podía ser de otro modo los robots también han invadido el sector bancario. En la ciudad de Shanghái abrió la primera oficina bancaria sin humanos. En ella, solo hay robots que son los que asesoran, escuchan y dan soluciones a los clientes
Xiao Long es ahora el único empleado de la sucursal de Jiujiang Road de China Construction Bank.
A Xiao también se le conoce como Little Dragon. Es él quien da la bienvenida a los clientes, acepta sus tarjetas de crédito, permite que comprueben el estado de su cuenta bancaria y responde a preguntas básicas.
De hecho, en esa misma sala encontrarán otro robot que les permitirá hablar con un humano, pero solo a través de un videochat.
Es más habitual encontrarse robots en otros países que en España. Amazon, por ejemplo, lanzó hace pocos meses el primer supermercado sin humanos en Estados Unidos.
El comercio de Amazon está tan automatizado que es capaz de detectar qué productos han adquirido los consumidores y cargar el importe a la tarjeta que tienen vinculada a la plataforma sin pasar por caja.
En China, también podemos encontrar robots que hacen de guardias de seguridad en estaciones de tren o máquinas que son cocineros o camareros en restaurantes.
Para que aquí los robots lleguen a reemplazar los trabajos de los humanos tendremos que esperar algunos años, según un estudio elaborado por PwC.
El informe dice que será a partir de 2030 cuando un 30% de los empleos estarán amenazados por la inteligencia artificial. De momento, solo corren riesgo un 3% de los empleos.
El primer robot bancario llegó en España a finales del año 2016, en la oficina principal de Abanca. Se trata de R4, un robot capaz de contestar dudas simples de los clientes.
No obstante, solo se trata de un primer filtro. Posteriormente, este mismo los deriva al departamento correspondiente. Sin duda, un robot con unas funciones mucho más limitadas que las de Little Dragon.
De momento, los trabajadores de las oficinas bancarias españolas no deben preocuparse por si un robot les quita el puesto de trabajo.
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