Hace unos días fue presentada en sociedad una nueva mano robótica, con huesos y ligamentos colocados justo como están en la mano humana, que toca el piano con delicadeza mucho más avanzada que en generaciones anteriores.
Sus creadores, de la Universidad de Cambridge, la han fabricado con una impresora 3D uniendo piezas de plástico duro con otras de hule suave en diferentes escalas a fin de crear ligamentos y articulaciones con distintos grados de rigidez. Después, unieron la mano a un brazo de robot que suele usarse en líneas de producción industrial.
La nueva mano no se basa en motores sino que funciona de manera pasiva, es decir, los dedos no están conectados individualmente. Todo un logro. Está conectada a un brazo mecánico que controla solamente la muñeca, mientras que el resto sigue un diseño inspirado en la anatomía humana.
El objetivo de esta nueva mano es alejarse del enfoque tradicional en la robótica, que consiste en un motor que proporciona un solo comportamiento, porque así no se tocan todas las notas en el piano.
La mano aún está lejos de interpretar obras de Chopin o Mozart, pero sí ejecuta diversos estilos, como una versión de la tradicional “Jingle Bells”.
Los investigadores también clasificaron la técnica para tocar el piano en tres tipos de movimientos; golpeteos con un solo dedo, saltos y movimientos en los que se deslizan los pulgares. Usaron tres fragmentos de piezas musicales para evaluar las habilidades del robot; “Toccata” de Scarlatti, “Alligator Crawl” de Fats Waller y “Rhapsody in Blue” de George Gershwin.
El equipo mencionó que, en comparación con los bots de piano anteriores, este ha mostrado flexibilidad en el control del volumen y en los movimientos del pulgar. En el futuro se añadirán sensores, motores y componentes que harán de tendones, lo cual ayudará a crear una gama más amplia de comportamientos.
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