En nuestro país ya son más de 65 los centros hospitalarios y muchos los especialistas formados para operar a través de la cirugía robótica. Durante estos 20 años, esta tecnología innovadora ha mejorado de forma exponencial hasta convertirse en la última y más reciente evolución de la cirugía minimamente invasiva.
Se trata de un procedimiento quirúrgico que combina la técnica laparoscópica convencional con tecnología robótica de alta precisión gracias a los cuatro brazos robóticos que son cómodamente comandados por el cirujano desde la consola quirúrgica y utilizando, además, una imagen 3D de alta definición.
Este tipo de cirugía puede ser utilizado en un elevado número de tratamientos quirúrgicos como los ginecológicos, colorrectales, otorrinolaringológicos, urológicos y, también, para el tratamiento de la obesidad mórbida.
La cirugía indicada para el tratamiento quirúrgico de la obesidad mórbida consiste en reducir el tamaño del estómago, limitando así su capacidad para albergar comida y logrando una sensación de saciedad más rápida. Además, se disminuye la absorción de calorías por parte del intestino delgado, desciende la diabetes y mejora el reflujo gastroesofágico. No obstante, hay que tener en cuenta que los cambios de peso posteriores a la operación también estarán directamente relacionados con el compromiso del paciente, puesto que los resultados no continuarán si éste no mantiene una alimentación equilibrada y realiza deporte asiduamente.
Los movimientos del robot, siempre controlados por un cirujano especializado, llevan a cabo la intervención de manera exacta y precisa, evitando así los posibles daños a las estructuras cercanas. La duración del procedimiento es de entre dos y tres horas, y precisa de estancia hospitalaria.
El tratamiento quirúrgico de la obesidad es una técnica compleja incluso para los cirujanos más expertos, pero gracias a la cirugía robótica, los cirujanos pueden realizar esta intervención de forma mínimamente invasiva y con una mayor precisión y seguridad.

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